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Caballo de Troya

El siguiente artículo estará dividido en dos partes. La primera trata de una serie de cuestionamientos mezclados con sentimientos que me permito atravesar durante el aislamiento. A continuación de ello, interpretaré la crisis del Coronavirus mediante algunas ideas distendidas, basadas en alguien que murió luego de soportar muchos años de cárcel y calamidades por miedo y antojo del dictador fascista Benito Mussolini. Un hombre con fuertes convicciones de cambiar el mundo y una de las mentes más brillantes de los últimos tiempos.



¿Qué pasa? ¿Por qué no se les cobra de una buena vez a quienes se la llevan toda de arriba? Tan impunes andan por ahí los lacras del mundo y, nosotros, tenemos que pedir perdón y permiso en cada accionar que tenemos. Es que hasta siendo gobierno estamos lanzados a un juego desigual con el poder real del planeta. ¿Por qué siempre estamos en la vereda de las supuestas minorías? ¿Por qué nadie atiende a nuestras ideas? ¿Por qué tardamos tantos años en construir cimientos y por qué levantamos la cabeza con tanto miedo y timidez que, a veces, no llegamos ni a tenerla en alto que ya nos la aplastan de nuevo?. Pero señores! dedicamos décadas de esfuerzo y ellos nos despluman en días. Son desesperantes, agobiantes, nuestras supuestas estrategias democráticas y la obligación de no tener que responder como ellos. Pero ¿Es que estamos acostumbrados al binarismo? ¿Es que no encontramos maneras alternativas de generar irreversibilidad sobre nuestras conquistas? Mirá, es mierda todo argumento académico lanzado a los medios en tanto la gente de a pie no nos lea. Me cago en tu cursito adornado de Doctorado en Londres si con lo que aprendiste no sos capáz de convencer ni a tu viejo que cambie el modo de pensar el entorno en el que fue configurado. Es de locos, es realmente el mundo del revés que Bolsonaro esté en el gobierno y Lula entre y salga de la cárcel por antojo de los jueces. Evo Morales jugando un picadito en un municipio de nuestro conurbano y Álvaro García Linera viajando en el 132 con su nena en brazos pidiendo laburo en las universidades, mientras una desquiciada del marote toma el poder por las armas y masacra a sus compatriotas pares con un odio racial de la época del colonialismo. Correa en Bélgica teniendo que soportar sentencias por la película de los cuadernitos que acá no tuvo efectos pero, la versión Manaos, en Ecuador resulta que sí. Cristina sigue siendo la líder de la banda que nadie sabe concretamente de qué, pero es corrupta y se robaron todo. Si googleamos a Lula o a Correa por ejemplo, Wikipedia nos dará una larga data de ellos y nos brindará, entre tantas, una sección dedicada a su "Información Criminal". Asqueada estoy. Y para colmo estamos encerrados escuchando al batallón de periodistas, economistas y dirigentes cloaca que salen a decir que la economía estalla por los aires, que los bonistas esto y que la rebelión fiscal aquello, que el confinamiento es un embole.

¿Cómo leer en términos políticos el suceso del Covid-19? Existe una teoría acerca de las formas de dominación y de cómo se ejerce el control social. Un control que se instrumenta mediante el sistema educativo, la religión y los medios de comunicación; utilizados todos como mecanismos para cambiar la realidad, pues son los que marcan la agenda diaria y se infiltran en las cabezas de las personas hasta transformar sus intereses propios en sentido común. En nuestro presente, los grandes poderes del mundo ven en el Coronavirus una oportunidad para utilizar a las personas como escudo de sus privilegios, como forma de sostener el argumento de la reducción del Estado y la ponderación de lo privado. Estos CEOS del planeta utilizan a la gente para seguir aniquilando el medio ambiente a su antojo, para continuar firmes en su posición de odio racial, de que la culpa la tienen los chinos, los negros, los venezolanos, los sucios inmigrantes que llegan en balsa a sus tierras. Para seguir caminando impunes entre personas que viven entre la mismísima mierda, mientras ellos fugan miles de millones a paraísos fiscales y exigen a los gobiernos progresistas (porque debemos ser un Estado presente cuando les conviene) que paguen los salarios de sus empleados con el tupé de amenazar con echarlos o simplemente hacerlo, a cara de piedra. Ellos demuestran tenerla más larga en tanto siguen manejando los hilos de la cultura de cada país. Volviendo al análisis, ¿Cómo salirnos de sus dispositivos de control? Bien, será necesario contrarrestar la cultura dominante mediante reformas de tipo intelectual y moral. Para ello deben darse ciertas condiciones subjetivas y objetivas. Lean con atención: - Se crean condiciones subjetivas cuando los actores sociales reconocen los problemas comunes y se ponen de acuerdo en las soluciones. - Las condiciones objetivas las provee la crisis del capitalismo, entiéndase momento histórico determinado que agrave la desocupación, la miseria, los desplazados del sistema. Para llevar a cabo estas reformas, será necesaria la participación de un sujeto colectivo que genere, a través de ellas, otras ideas que entrarán en pugna con la dominante, transformando a la sociedad y a su vez influyendo en el individuo. Esto se relaciona con el concepto de filosofía de la praxis, que supone la idea de un contrapoder. Ahora bien, da la sensación de que lo único por lo que se preocupa la humanidad es por cómo quede la economía luego de la pandemia y por cómo está ahora. Entonces cabe la pregunta ¿El poder se ocupa sólo de lo económico? Y la respuesta es no. Más bien el poder es como un Centauro, tiene una dimensión animal y una dimensión humana. Esto último es el consentimiento otorgado a través de dispositivos ideológicos. Se aprende a pensar mediante instituciones, lo que nos da la pauta de que la pelea debe darse no sólo en la estructura sino también en la superestructura. ¿Qué debemos hacer entonces? pues operar con los códigos hegemónicos: los de ellos. Analicemos ¿Cuáles son los principales dispositivos de producción ideológica que generan sentido común? Los medios audiovisuales que tenemos a mano todos los días. Debemos inmiscuirnos de manera silenciosa y rápida en el entramado, de lo contrario estaremos fuera de juego. Es momento de aprovechar el contexto para (empezar a, o terminar de) Construir un Pueblo que se quite las manos de los ojos y comience a ver que a su alrededor existen otras personas con las que puede aliarse para definir sus intereses y defenderlos a ultranza comprendiendo que sólo mediante la cooperación, la organización y el consenso será posible un mundo más justo. Podemos observar el presente como una historia tragicaburrida o preguntarnos si estamos frente a un momento de transformación política a nivel mundial en una situación de crisis hegemónica, donde lo establecido empieza a perder sus ventajas y su capacidad de imponer, donde las reglas de funcionamiento se resquebrajan. Éste es el momento, seamos el caballo de Troya que se infiltre en las grietas de lo normalizado y aprovechemos el contexto para disputar conceptos nuevos. Debemos tener presente que todo espacio que no ocupemos serán acaparados por ellos en la lucha constante del sentido común universal.

Todo puede ser de otra manera.





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