Del Retweet a la Acción
Nos encontramos atravesando un contexto histórico muy específico en el que existe un despertar alrededor del mundo sobre distintas crisis: la económica, la social, la sanitaria, la ambiental y también la política. El feminismo, como movimiento de vanguardia de los últimos años, la visibilidad de los activistas ambientales, la campaña de Black Lives Matter y el contraste palpable del progresismo latinoamericano con el oxidado modelo de las potencias del norte mundial, son algunos de los fenómenos que nos permiten descubrir y entender que existe una manera alternativa de transitar la realidad. Esta otra perspectiva no sólo es mucho más efectiva sino que abraza un modelo inclusivo y sustentable que nos faculta a convivir en armonía con la Madre Tierra, reconocida hace varios años como sujeto atribuible de derechos, según la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra.
Actualmente la pandemia nos patea el avispero y nos empuja a buscar soluciones creativas para salir de ella. Al mismo tiempo, observamos a personas que cada día viven diferentes situaciones y no pueden conectarlas con un marco que ordene e identifique esos sucesos con procesos globales. Por ende, tampoco pueden sentirse semejantes con hermanos de otros países que atraviesan lo mismo, o parecido, y cuanto mucho logran percibir que algo malo está ocurriendo pero se estancan en la Solidaridad simbólica del Retweet para cumplir con su tarea diaria de internacionalismo. Mientras esto ocurre, la derecha mundial se mueve, camina, corre, se esconde, sale de golpe (y con golpes), replicando el comienzo de la fábula La tortuga y la liebre, pero estando su final victorioso muy alejado de nuestra realidad si es que no logramos identificar las luces que se escapan por las fisuras de un modelo ultraderechoso rígido, zombie, pero que sigue teniendo claras ventajas sobre nosotros.
De cara a esta coyuntura reveladora de un destino en común, resultó apremiante la creación de un gran frente que conectara las demandas de los distintos grupos sociales y las coordinara entre sí. Así, va adquiriendo forma la flamante Internacional Progresista (IP) respondiendo al pedido que el Movimiento Democracia en Europa 2025 (DiEM25) junto con el Instituto Sanders vienen haciendo, desde diciembre de 2018, a todas las fuerzas progresistas del mundo para constituir un frente común. La Internacional busca subvertir el concepto de solidaridad normalizado de los últimos 30 años para elaborar una Solidaridad de Acción en donde cualquier ciudadano interesado -ya no sólo personajes políticos- desempeñe un rol diferente en cada rincón del mundo y contribuya a desmantelar el sistema impuesto.
Podremos visualizar el horizonte de la IP con más claridad si analizamos lo siguiente: el golpe de Estado en Bolivia es reconocido a nivel internacional, sin embargo, nadie lo relaciona con su fenómeno más general que es, sin dudas, el Lawfare. Este concepto de guerra jurídica no existe prácticamente y no es entendido en el norte global. Por lo tanto, resulta imperioso encajar cada hecho puntual en uno internacional para que podamos conectarlo con otros sucesos, como el de Ecuador, país que enfrenta un golpe de Estado en slow motion, puesto que el señor Lenin Moreno y sus jefes han estado destruyendo paulatina pero incesantemente las instituciones democráticas con la aprobación de la comunidad internacional. En definitiva, Bolivia y Ecuador están relacionados mediante el Lawfare pero, en el primer caso, la comunidad interpreta que hay un suceso de golpe de Estado aislado y, en el segundo, directamente la población global no sabe lo que está ocurriendo.
La infraestructura para movilizar y coordinar juntos nuestros horizontes la provee la Internacional Progresista, que actúa de articulación mundial entre los movimientos sociales, sindicales, feministas, activistas, trabajadores y los mecanismos políticos, para enfrentar el impacto de la pandemia y construir una gran coalición de fuerzas izquierdistas, alineadas en llevar adelante dos pasos, resumidos de la siguiente manera: Paso 1: Entendimiento. Refleja la meta a la que se aspira en un momento de urgencia por no poder mirar nuestros pies con claridad. Es el 'dónde estamos'. Paso 2. Acción. Es la subversión del concepto de solidaridad simbólica. Se aspira a la coordinación de un Internacionalismo de acción fomentando la creatividad de las personas pudiendo, éstas, aportar desde intervenciones parlamentarias hasta un diseño gráfico.
A modo de cierre, se comparte información extraída del sitio web Progressive International acerca de cuáles son sus visiones y quiénes son algunos de sus miembros, luego, información de contacto. Se invita a todes a explorarla y darle la mayor difusión posible.
Aspiramos a un mundo que es:
Democrático, donde el pueblo tenga el poder de dar forma a sus instituciones y sociedades.
Descolonizado, donde todas las naciones determinen su destino colectivo libres de opresión.
Justo, que repare la desigualdad en nuestras sociedades y los legados de nuestra historia.
Igualitario, que sirva los intereses de muchas y no sólo de pocas personas.
Liberado, donde todas las identidades disfruten los mismos derechos, el reconocimiento, y poder.
Solidario, donde la lucha de cada unx sea la lucha de todxs.
Sostenible, que respete los límites planetarios y proteja a las comunidades en primera línea.
Ecológico, que ponga a los seres humanos en armonía con su hábitat.
Pacífico, donde la violencia de la guerra sea sustituida con la diplomacia de los pueblos.
Postcapitalista, que recompense todas formas laborales mientras se elimina el culto de trabajo.
Próspero, que invierta en un futuro dichoso de abundancia compartida.
Pluralista, donde la diferencia sea celebrada como una fortaleza.
Miembros: Noam Chomsky, Naomi Klein, Álvaro García-Linera, Paola Villarreal, Fernando Haddad, Elizabeth Gómez Alcorta, Gael García Bernal, Renata Ávila, Rafael Correa, Halla Gunarsdóttir, David Adler, Alicia Castro, El Ciudadano, Tasneem Essop, Celso Amorim, entre otros.
Contacto: info@progressive.international
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