top of page
Buscar

Sabes


Si al menos me quedara un rastro de belleza, si al menos compartieras conmigo esta tarde aunque así virtualmente fuese, por los parques que están amarillos... Ah, si me cebaras un mate dulce... sanaría tanto esta peste, al menos por un ratito. Ya sabes, nunca exijo mucho. Solo un mate, un pancito tibio, al menos, y un beso. Soy humilde. No quiero pedirte nada pero ese humilde reino lo doy ¿sabes? Bueno, a lo mejor no pero sería necesario decírtelo porque esto está complicado y cada vez más y hablo de mis sentimientos no de la correlación de fuerzas de los socialistas ni del ministro de seguridad, mucho menos de las nuevas noticias que informan que no hay más ministerio de salud. Esas cosas pasan. Vendrán nuevos gobiernos y construirán los más hermosos hospitales para que los enfermos de amor como yo podamos recostarnos en una camilla y mirar firmemente el cielo raso, un cacho de cielo blanco, y morir ahí tranquilo ¿sabes? No, no sabes pero te cuento porque ya esos amigos con los que bailaba tristemente en el medio del tedio ¿recuerdas? ya no están. Se enojaron, se mudaron, murieron de alcoholismo o amor -no conocí bien el diagnóstico- pero ahora estoy solo y enfermo también, como mis amigos. Y mis amigas, ni que hablar. Tienen unas camionetas hermosas y giran por el mundo. Sara a veces me manda fotos y a veces no quiero responderle que me gusta mucho ese libro de De Bry que se compró porque en realidad después no va a interpretar sus dibujos lo dejará tirado como dejó a León tirado. Dejará todo así siempre mi amiga Sara, es tan despistada que decirle de eso... no quiero responderle que la iglesia de Santa Sofía se parece a una de Isidro Casanova, no quiero ser cruel, no quiero que piense que me pongo triste por no viajar a Europa ni porque mi vida sigue siendo la de un forastero que corre y se agazapa a las tribus para tener un poco de amor, un poco de compañía ¿sabes? Un poco de orgullo me vendría bien, sobre todos los días soleados en que los ojos se me notan de verdad y la miel va cubriendo al sol. Ya sé, es muy poético pero debo decirte, un poco porque sí, otro poco por desesperación, vayamos al parque, olvidemos esos fantasmas. Juro que no voy a leerte mal, no voy a interpretar tu poesía, me interesaré solo en tu boca, ya sabes es mi única adicción. A lo mejor me veas desmejorado pero bueno, el tabaco es más barato pero hace peor cada día y en enormes cantidades. A lo mejor me veas con una gran barriga que a sorbos de alcohol la crecí pero no te olvides que, antes, cuando éramos los dos solamente y por la puerta no entraba tu novio ni tu madre, teníamos mucho tiempo para leer y me comentabas las aventuras del pirata de la barba. Eso me gustaba mucho, capaz es por esa razón que ahora sólo me compro remeras con líneas horizontales que simulan tu presencia. Pero no es solo eso, hay más todavía que mi adicción a tu boca. Mejor hablemos de tus ojos, ese mar abierto de deslumbramiento es como volver siempre a mis días felices con vos, claro, y me muestran las verdades ¿sabes? Hay días que me gustaría entrar como las lagañas a tus ojos y aún más adentro para saber cómo miras el mundo. Seguro que es más perfumoso así, o más tibia la cama, o sin platos rotos la mesa, o el mate te lo preparan. Seguro que, desde tu mirada, desde tus ojos terriblemente asustados por tu mortalidad, pueda ver el verdadero color de las cosas o el arcoíris del que todos hablan. Yo solo veo sol u oscuridad nocturna, soy así de dogmático. No hay tales puntos medios: o me enamoro o no te presto atención. Así un poco me lo digo a mí mismo para pensarme y repensar el concepto de verte desde mis ojos tristes y enamorados y desde el ayer y desde un futuro. No sabría explicitar lo específico. Ya me afecta la vejez. Casi que recuerdo con el sentimiento porque, sabes, no tengo memoria. Ya voy cayendo al río y esto va a ser terrible, por eso te escribo para que no sufras, para que lo veas venir, para que no me extrañes tanto y que mires al mundo con tu dulzura, ya con eso alcanza, con que te pares frente a un árbol y lo intimides con tu amor por las cosas de este mundo alcanza. Solo eso alcanza. Te saludo atentamente.




Buenos Aires/Argentina

Comments


bottom of page