EL ABORTO EN PRIMERA PERSONA
Soy Vera y tengo 34 años. Hace unos meses atrás, por razones de salud, me realice una INTERRUPCIÓN LEGAL DEL EMBARAZO (ILE). No me da vergüenza contarlo y no espero que me juzguen, mi familia y yo sabemos cuáles fueron los motivos que me llevaron a atravesar esa situación tan difícil, dolorosa y traumática. Simplemente decido contarlo porque fue un camino largo de casi 3 meses, en el que mantuve un embarazo que no podía continuar y quiero brindar información certera y concisa para aquellas mujeres que estén pasando por lo que yo pasé.
Lo primero que hice fue buscar ayuda de organizaciones que luchan por la ley del aborto legal, seguro y gratuito y que sabía que no me iban a dejar sola. Así fue que di con la página de “RED DE PROFESIONALES DE LA SALUD POR EL DERECHO A DECIDIR” http://www.redsaluddecidir.org/ . En esta página encuentran muchísima información y hay un recursero donde figuran hospitales públicos y centros de salud pública donde pueden solicitar un ILE. Sin embargo, en el primer lugar que elegí por cercanía -que fue el Hospital Paroissien-, cuando me acerqué al sector de asistencia social y consulté por el ILE, me dijeron que las trabajadoras sociales que se encargaban de “eso” no estaban, que en la Provincia de Buenos Aires no lo estaban haciendo por falta de recursos y me dieron una lista con lugares donde “SI” me iban a ayudar, adivinen qué: todos los hospitales y centros de salud quedaban en Capital Federal. Finalmente me acerqué al Cesac 7 de Lugano, allí me atendió un equipo fabuloso, psicólogas, médicas, y trabajadoras sociales, que me brindaron toda la contención e información necesaria para llevar adelante todo el proceso que, déjenme decirles, fue largo y muy doloroso. En primer lugar, tuve que realizar 2 veces el tratamiento completo con Misoprostol (me lo dieron gratuitamente) porque no generaba ningún efecto en mi cuerpo, es decir, tuve todos los síntomas propios de la medicación como náuseas, fiebre, chuchos de frio, vómitos y dolores, pero eso no me aseguró un resultado efectivo. Por eso, en última instancia y luego de seguir al pie de la letra el protocolo, me derivaron al Hospital Santojanni donde me realizaron una Aspiración manual endouterina (AMEU). El AMEU lleva anestesia local, te pinchan el cuello del útero y así y todo parecía que me estaban aspirando todos los órganos, fue muy doloroso, me atrevo a decir que sufrí más que cuando me hicieron la cesárea por mi primer hijo y fue en el mismo hospital, y en el mismo quirófano, todo muy irónico. Todos estos detalles, los cuento porque hay gente que cree que, si el aborto se legaliza, todas van a ir corriendo a hacerlo una y otra vez, como si fuera una sesión placentera de masajes y lamento romper su fantasía pero no, es una situación horrible, que no vas a querer vivir dos veces. Para ir cerrando voy a destacar que una vez que terminás el tratamiento, sea con misoprostol o con el Ameu, no te retirás del lugar sin un método anticonceptivo, podes elegir DIU, IMPLANTE o PASTILLAS (gratuito).
Puntos que quiero pasar en limpio y que hacen la diferencia, llámense “oportunidades” si quieren: yo estoy en pareja y tuve la contención de mi compañero y mi familia, tuve los medios para movilizarme hasta capital, tuve amigas que se quedaron conmigo en el hospital y no se movieron de ahí hasta que no salí de la intervención. Ahora los invito a reflexionar, ¿qué pasa con esas niñas y mujeres que sufrieron una violación y les niegan sus derechos? Qué pasa con aquellas que deciden no continuar con su embarazo (sean los motivos que sean) y no tienen los medios ni para movilizarse, ni ayuda de profesionales y lo hacen a la sombra de una sociedad hipócrita que no quiere ver que los abortos existieron siempre, y sino indaguen en sus familias. Esas mujeres se mueren en la clandestinidad, están condenadas y marginadas de ante mano.
Por favor te pido, si sabés de alguien que está sola atravesando esto, ayudala, podes compartirle esta especie de crónica que hago, me pueden escribir, me pueden preguntar. Si vos estas pasando por lo que yo pasé, pedí ayuda, no lo afrontes sola, no estás sola. Aprovecho y agradezco a todes les profesionales que me ayudaron, gracias a ustedes lo puedo contar y comprometerme más aun con esta lucha. Las abrazo fuerte.
Por: Vera Díaz
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